Son 5 años, sí, desde aquel 28 de enero de 2017 en el que La Vida de Nos publicó sus primeras 4 historias que, en diciembre de 2021, pasaron a ser 541.
Son 541 vidas para la memoria del país que, solo en nuestro sitio, fueron leídas por otras vidas 1 millón 146 mil 492 veces.
Son 541 encuentros de protagonistas y lectores, venezolanos encontrándose, reconociéndose y encarnando la historia menuda, íntima de Venezuela, que bien pudiera convertirse en un libro de 40 volúmenes de unos 200 mil caracteres cada uno.
Eso son nuestros 5 años, que cumplimos hoy. Pero aquí hablaremos solo de 2021 y de algunas pinceladas del futuro que ya comenzó a dibujarse.
Empezaremos por decir que ahora somos el Grupo La Vida de Nos. No es un cambio de nombre ni de misión: “Promover el arte de contar historias que conmuevan y propicien el reconocimiento entre ciudadanos, así como una mayor comprensión de la compleja realidad venezolana”. Es un cambio en cómo nos vemos. Y no porque no lo hubiéramos pensado o dicho antes; es que una cosa es pensarlo, decirlo, y otra es estar convencidos.
Nos convencimos de que somos una organización de desarrollo social que tiene un medio de comunicación, y no lo segundo nada más.
Una organización que en 2021 se encontró a sí misma.
El espejo y una imagen más nítida
El 8 de septiembre recibimos la noticia de que habíamos sido escogidos, entre 350 medios de 18 países, para ser parte de GNI Startups Lab Hispanoamérica, una aceleradora de SembraMedia y Google News. Por ahí comenzó el convencimiento.
Entre esos mensajes que se cuelan en las redes cuando aparecen buenas noticias, agradecimos uno de Susana Raffalli, integrante de nuestro consejo consultivo, del cual les hablaremos más adelante. También otro de quien sería nuestro consultor principal en la aceleradora, el uruguayo Sebastián Auyanet.
No deja de ser paradójico que una aceleradora para impulsar medios de comunicación haya contribuido con la idea de que somos más que un sitio web. Pero claro: un consultor es como un espejo que puede devolverte una imagen más nítida.
Estábamos organizados como un medio, así que nos dimos a la tarea de repensarnos, reorganizar nuestra estructura, crear nuevos roles. Sumamos más personas al equipo (cuatro de ellos no aparecen en la fotografía que acaban de ver, tomada en diciembre a orillas del mar Caribe, porque se incorporaron después).
Nos llenamos de confianza en que la sustentabilidad —eso que nunca deja de ser un enorme reto hasta en países menos hostiles— es posible si hay una clara propuesta de valor. Y continuamos aprendiendo, porque el programa termina en marzo, sobre audiencias, creación de productos, finanzas, manejo de marcas.
Surgió la idea de crear una agencia de storytelling y creatividad social, de la cual esperamos dar noticias en los próximos meses; ideamos una red de embajadores que se dedicará, entre otras cosas, a formar círculos de lectura en esos países donde se ha afincado la migración venezolana. Y esperamos terminar de afinar nuestros servicios editoriales y la plataforma de formación online El Aula e-nos.
A eso nos referimos con el Grupo La Vida de Nos que, podemos decirlo con todas sus letras, es una organización que produce y difunde historias reales; que cree en la capacidad de las historias de crear círculos virtuosos y estimular la acción cívica; que enseña a contar y promueve la literatura testimonial como una forma de autorrealización; que está presta a brindar servicios creativos, editoriales y audiovisuales a otras organizaciones sociales, empresas o individuos.
Una organización que se alía a otras organizaciones, porque forma parte de un tejido social empeñado en el proceso de reconstrucción de Venezuela.
Conjurando la soledad
La red de embajadores y los círculos de lectura surgieron del deseo de ampliar nuestra comunidad y promover la lectura en compañía porque sabemos que, más que la enfermedad, lo que nos debilita es estar solos.
Nuestra primera embajadora, en Bogotá, es la investigadora y doctora en letras Luz Marina Rivas. Ella nos conoce bastante porque compiló un libro sobre nuestra migración en Colombia, Otro mar, otra tierra, donde La Vida de Nos está presente con más de una decena de historias. El primer círculo de lectura está programado para el próximo sábado 5 de febrero. Y cada mes vendrá otro. Otra sesión y otras embajadas en Santiago de Chile, Quito, Buenos Aires… para que, con nuestras historias, los participantes mantengan vivo a ese país que debieron dejar atrás.
También en búsqueda de compañía, invitamos en agosto a siete profesionales y activistas venezolanos a ser nuestros consejeros: Susana Raffalli (nutricionista acreditada en protección y asistencia humanitaria), Marino Alvarado (abogado e investigador de Provea), Manuel Llorens (psicólogo clínico y fundador de Reacin), Deborah Van Berkel (educadora y presidenta de Sinergia), Carlos Trapani (abogado, especialista en derechos del niño y coordinador general de Cecodap), Melanio Escobar (periodista y director de RedesAyuda), y Martha Viaña Pulido (fotógrafa y periodista).
En 2021 incursionamos en eventos digitales que buscaron rodear las historias de contexto y ofrecer información de servicio sobre esas situaciones vividas por sus protagonistas. Eso también es crear comunidad.
Nuestro primer Live en Instagram, el 12 de febrero, fue una conversación sobre salud mental con Manuel Llorens, a propósito de nuestro especial La emergencia silenciosa. Y 11 días después conversamos con la socióloga Mirla Pérez sobre el Estado Comunal y su sistema de dominación, en el marco de una serie que desarrollamos en conjunto con el Centro de Investigaciones Populares.
El 3 de agosto, a poco de saber que nuestro karateca Antonio Díaz cumpliría su sueño de competir en unas olimpiadas, nos estrenamos en Twitter Space, un formato que también nos permitió conversar con el psicólogo Abel Saraiba para que hablara sobre los trastornos alimenticios con Valentina Montes, de quien publicamos un conmovedor texto testimonial.
Y en noviembre les pedimos a nuestros lectores que nos propusieran historias sobre niñas destacadas en entornos vulnerables, de esas que sirven de ejemplo para demostrar que el embarazo precoz, la deserción escolar y la violencia no son un destino. Recibimos 21 propuestas y de ahí seleccionamos 4 que, junto a Soy Arepita, transformaremos en videos para inspirar a otras niñas en la serie Pequeñas que son grandes.
La realidad en el cine
Para conocer de gustos, preguntamos: “Cuando quieres conocer historias de no ficción, ¿en qué formato las prefieres?”. Es una pregunta que nos obsesiona porque nos interesa experimentar con todos los formatos posibles.
Nos interesa narrar la realidad venezolana —vasta, ancha y compleja— en historias escritas, ilustradas, audiovisuales, hilos en Twitter, carruseles en Instagram… todo lo que pueda imaginarse de lo creado y por crear. Y en esto, en 2021 dimos un gran paso: luego de dos años de trabajo, concluimos nuestro primer documental, una película de 44 minutos llamada Una palabra complicada porque explora, a partir del testimonio de cinco venezolanos, la posibilidad del perdón o, dicho de otra forma, de sanar las heridas dejadas por la violencia política. Por lo pronto, ha sido difundida en sesiones privadas y algunos festivales de cine, pero creamos un sitio especialmente para este proyecto, en el que puede verse el tráiler.
Una palabra complicada fue invitada especial en el Festival de Cine Internacional de Derechos Humanos Miradas Diversas, y fue premiado en la categoría de Mejor Edición en el Festival Entre Largos y Cortos de Oriente. En 2022 esperamos participar en otros encuentros cinematográficos y hacer una gira de funciones presenciales en varias partes del país.
También continuamos experimentando con las historias sonoras. El 5 de junio, publicamos nuestro primer tuit-audio, formato que usamos para compartir extractos de las escritas. Y otro nuevo aliado, el Goethe-Institut Venezuela, nos permitió desarrollar un podcast de cinco episodios sobre cómo afecta la migración al relevo generacional venezolano en áreas estratégicas para el país. Fueron historias contadas a dos voces por personas de distintas generaciones de un mismo oficio, como los científicos Ernesto Medina y Luis Colmenarez. Con cada episodio, hicimos Lives en Instagram para conversar con conocedores de las ciencias, periodismo, emprendimiento, derechos de la mujer y urbanismo con perspectiva social.
Nuevos aliados para seguir haciendo
Además del Goethe-Institut Venezuela y el Centro de Investigaciones Populares, el 2021 nos dejó dos nuevas alianzas.
Con Coca-Cola FEMSA de Venezuela, produjimos la serie Mujeres que transforman, que consistió en cuatro historias (escritas y en video), publicadas en marzo a propósito del Día Internacional de la Mujer. No hace falta abundar en lo que significó ser convocados por una marca que entiende que el storytelling despierta emociones e inspira. Fue una serie con la que logramos una audiencia de casi 900 mil personas en nuestro sitio y redes sociales. Hubo videos como el que contó la historia de Milagros Sánchez, una bailarina que enseña a niñas en un barrio de Barquisimeto, en el estado Lara, que alcanzó más de 9 mil reproducciones, e historias como la de Nancy, una madre soltera que, con su cargo de archivista en Coca-Cola FEMSA, sacó adelante a su hija Emili, y que estuvo entre las cinco historias más leídas de 2021.
La segunda alianza, que llevó nuestras historias de solidaridad a otras audiencias del continente, se produjo cuando fuimos invitados a integrar la Red de Periodismo Humano, junto a Red/Acción (Argentina), GK (Ecuador), Cerosetenta (Colombia), El Toque (Cuba), Lado B (México), Salud con Lupa (Perú) y Mi Voz (Chile). Entre el 6 de febrero y el 16 de junio republicamos 10 historias de ellos y ellos hicieron lo mismo con las nuestras.
Pero no solo fueron nuevas alianzas las que nos ocuparon en 2021. También volvimos a organizaciones con las cuales habíamos trabajado antes como Cecodap, para quienes desarrollamos una campaña de recolección de donaciones para su Servicio de Atención Psicológica para niños y adolescentes, que comenzó el 3 de octubre con un podcast con la historia de Ernesto, uno de esos adolescentes salvados del suicidio por la ayuda oportuna de profesionales. Y el concurso Lo Mejor de Nos, junto a Banesco, llegó a su 4ta edición, premiando a un periodista residenciado en Portugal.
Ya lo hemos dicho: nos interesa ser parte de la urdimbre de la sociedad civil organizada. Eso nos permite unir esfuerzos, compartir experiencias, trabajar por intereses comunes, aprender de otros y desarrollar capacidades para, por ejemplo, nutrir nuestro portafolio para esa futura agencia de storytelling y creatividad social. Nos sirve también para llegar a audiencias distintas a la nuestra, como ocurrió con nuestra serie La Ruta del Hambre, bellamente republicada por el sitio venezolano Crónica Uno.
Fue gracias a alianzas que recibimos importantes reconocimientos en 2021. En mayo, el especial Los Confinados, que hicimos junto a la organización colombiana Dejusticia, recibió una mención especial en el Premio Ortega y Gasset, en la categoría Mejor cobertura multimedia (adoramos el comentario publicado por uno de los miembros del jurado) y recibimos otra mención en los premios de investigación IPYS.
Y gracias a nuestro primer trabajo colaborativo internacional, recibimos el Premio Roche de Salud, en la categoría de Periodismo escrito, por Huir, migrar, parir, que hicimos junto a Mutante (Colombia), GK (Ecuador) y Distintas Latitudes (México). El jurado destacó: “Es un relato sensible y novedoso, con excelente narrativa, que atrapa y sorprende al contar la historia de los más vulnerables y revelar un caso poco explorado sobre violación de los derechos humanos (…). Con esta serie es visible el invisible trabajo de la edición, porque se logra unificar estilos dentro de un amplio equipo de autores y se sostiene la calidad narrativa en cada una de las entregas”.
Las historias y sus segundas partes
También recibimos otra clase de premios, como saber que historias nuestras despertaron la solidaridad de los lectores. Fue lo que ocurrió con Ramón Toro, diagnosticado con esquizofrenia a sus 19 años, a quien unos amigos encontraron en nuestras páginas, luego de 14 años sin saber de él, y decidieron ayudarlo con alimentos y medicinas. Eso motivó un hilo que publicamos el 28 de enero como muestra de esos círculos virtuosos que producen las historias.
O saber que Arube Pérez, de quien contamos su historia en 2018, fue finalmente liberado luego de una injusta condena que lo tuvo 17 años y 11 meses en la cárcel militar de Ramo Verde por los sucesos del 11 de abril de 2002. Nos importa lo que ocurre con nuestros protagonistas después de contar sus historias, así que recogimos esa noticia en Twitter, igual que lo hicimos cuando Erickvaldo Márquez fue puesto en libertad y, luego de permanecer detenido arbitrariamente durante 3 años y 9 meses, habló así para nuestros lectores.
La vida y las historias están hechas de momentos, de un antes, un durante y un después. Por eso produjimos, luego de que se apagaron los flashes de las olimpiadas, la serie Después de Tokyo, con las historias de cinco atletas venezolanos, comenzando por Marcos Blanco, el judoca ciego que volvió con su diploma como el 5to mejor de la competencia. Y por eso publicamos la serie Hay segundas partes, donde volvimos a protagonistas de historias ya publicadas, para saber cómo seguía tejiéndose el fino hilo de sus vidas.
Hay segundas partes la desarrollamos en el marco de nuestro programa de formación La Vida de Nos Itinerante, igual que la serie El viaje del héroe, prologada por nuestra co-fundadora Albor Rodríguez y en la que escribieron 11 periodistas migrantes venezolanos tras recibir de ella el curso online Tras los rastros de una historia: claves sobre la particular investigación para narrar la realidad.
Ese es uno de los tres cursos que hemos desarrollado para El Aula e-nos. El segundo, La emoción es la clave: las buenas historias suceden mientras se leen, de nuestro otro fundador, Héctor Torres, tuvo dos cohortes en 2021 con 24 participantes en total, en lo que constituyó el inicio de la comercialización de nuestra plataforma. Y un tercero, Comenzar a contar(Nos): claves para narrar historias, de nuestro editor senior, Erick Lezama, tuvo una matrícula de 14 personas que, gracias a una subvención, pudieron hacerlo gratuitamente.
Con una combinación de cursos pagos por los participantes y gratuitos financiados por un donante, nos proponemos impulsar El Aula e-nos este 2022. Sabemos que es posible. Fue gracias a un donante aliado que pudimos realizar tres clínicas sobre la técnica del cómic con el ilustrador puertorriqueño Edgardo Miranda-Rodríguez, a las que pudieron acceder gratuitamente ilustradores venezolanos.
Sí, aquel 28 de enero de 2017 La Vida de Nos publicó sus primeras 4 historias que pasaron a ser 541, de las cuales 101 las publicamos en 2021. Sus temáticas predominantes son una fotografía del país: 54 por ciento hablan de resiliencia, de la Venezuela que resiste; 52 por ciento de venezolanos en la diáspora; y 47 por ciento de nuestra crisis humanitaria.
Es el país con sus luces y sombras —como la misma condición humana—, porque rehuimos la historia única. Es el país con todas esas voces para el que, agradecidos por la compañía, ahora somos el Grupo La Vida de Nos, del cual pronto conocerán una primera versión del sitio que construimos para presentarnos.