En la novela La ciudad ausente, el escritor argentino Ricardo Piglia imaginó una máquina de crear relatos que era un peligro para el Estado porque en esas narraciones se contaban versiones de los hechos que contradecían la verdad oficial. No resulta osado afirmar que eso es lo que hacen el grupo de 16 historias que presentamos aquí y que fueron el resultado del Seminario de Periodismo Narrativo y de Investigación de Cigarrera Bigott, en su edición del año 2019.
Son las voces que resisten a las sesgadas y convenientes versiones del discurso gubernamental venezolano. Y no se trata de ficciones. Estas historias muestran las múltiples fisuras de la realidad social en el contexto del socialismo bolivariano; realidad que pretende ocultarse. Allí reside su más importante gesto político.
Haciendo uso de los métodos de la investigación periodística, algunas de estas narraciones recogen los testimonios de sus protagonistas, que en sí mismos socavan lo que en el discurso del Estado venezolano se ofrece como una verdad incuestionable. Por la misma razón, constituyen un registro valiosísimo y construyen un mapa que seguramente será fuente de futuras lecturas y revisiones para comprender lo que ocurre en Venezuela.
Un aspecto que destaca en el conjunto es la variedad de registros y anécdotas de estos años aciagos. La historia de Mary Triny Mena, sobre la decadencia y el destrozo de la ciudad de Maracaibo de los últimos años, que es la de todo el país. O la muerte de una chica por una estampida en una discoteca sin seguridad que cuenta Alexandra Sucre. También el trabajo para atender a niños en situación de calle desarrollado por una ONG, que narra Natasha Rangel.
La historia de Blanca Hurtado Nedder trata a su vez sobre migración, enfermedad y soledad, mientras la de Diego Vega habla de la persecución y acoso de una enferma mental hacia una muchacha, y la de Isabel Guerrero expone la delincuencia en manos de los cuerpos de seguridad y la resistencia de los vecinos.
La grave crisis que atraviesa Venezuela parece sacar a flote lo mejor que habita en cada uno de nosotros, como un modo de afrontar lo que padecemos, por eso la resiliencia y el deseo de ayudar a otros son los temas que abordan las historias de Iván Ernesto Reyes, Braulio Polanco y Génesis Carrero Soto.
Y así como existe ese costado luminoso, Gregoria Díaz, Héctor Antolínez y Mariángel Moro pusieron su mirada en la persecución que han padecido los dirigentes políticos y los jóvenes que han salido a las calles a protestar en contra del régimen, y cómo esta situación ha afectado también a las familias de estas víctimas.
Un último tema que destaca en esta serie es el del sistema público de salud colapsado, que da lugar a historias de personas que luchan por conseguir atención médica, tratamiento y la superación de enfermedades graves, así como de gente participando en iniciativas para tender una mano a los que lo necesitan, como lo cuentan Liz Gascón, Luisa Quintero, Jhoalys Siverio y Yeannaly Fermín.
Esta es la lista de historias:
A Florelys siempre le gustó correr, de Mariángel Moro Colmenárez
Aquella foto que le cambió la vida, de Braulio Polanco
Arrancaron el hielo de Maracaibo, de Mary Trini Mena
Como pitonisa de su propio futuro, de Iván Ernesto Reyes
Con el cañón de una pistola en su boca, de Gregoria Díaz
Creo que es mejor que te cambies de sitio, de Héctor Antolínez
Cuando descubres que nunca estás tan solo, de Blanca Hurtado Nederr
El compromiso que se lleva en la sangre, de Luisa Quintero
El gesto que Gretna nunca podrá olvidar, de Liz Gascón
En esa carpeta están todos los nombres, de Isabel Guerrero
Giannina siempre acompañó a su hermana, de Alexandra Sucre
La película que hubiese preferido no protagonizar, de Diego Vega
Las marcas que lo acompañarán de por vida, de Yeannaly Fermín
Saciando el hambre y la sed a través de otros, de Génesis Carrero Soto
Su misión es ayudar a otros a respirar, de Jhoalys Siverio
Tú no serás madre de uno sino de cientos, de Natasha Rangel