Las historias han llegado a ser una de las mejores vías para comprender lo que ocurre en Venezuela en el momento que estamos viviendo como país, con sus desventuras y vicisitudes, pero también con sus aprendizajes y posibilidades. Seguramente esa será la conclusión a la que llegue el lector que se acerque al conjunto de 14 piezas producidas en el marco del Seminario de Periodismo Narrativo y de Investigación 2018, organizado por Cigarrera Bigott, con la facilitación de nuestra fundadora y co-editora, Albor Rodríguez, y del periodista Alonso Moleiro.
Llamamos la atención acerca de cómo a través de estas narraciones podemos tener una visión caleidoscópica de la realidad venezolana y sintomática de algo más complejo, en especial si se tiene en cuenta que en el conjunto no ha mediado la selección previa ni el criterio de compilación, como ocurre con una antología o una serie especial.
Cada una de estas piezas recoge la experiencia particular de unos personajes, desperdigados todos por distintos lugares de la geografía nacional. Sus protagonistas no se conocen y es posible que nunca lo hagan. Sin embargo, sus historias construyen una vasta red de relaciones que sobrepasan la circunstancia individual que les ha tocado vivir, que conectan unas con las de otros y con las de los lectores. Allí reside también su sentido de comunidad: todos —personajes y lectores— compartiendo las mismas angustias, temores y esperanzas.
Si esbozamos algunos temas y recurrencias en una aproximación al conjunto, solo con el propósito de ayudar al lector a encontrar los posibles recorridos para un itinerario, encontramos que las historias de Francisco Zambrano, Andreina Itriago, Grisha Vera y Johanna Osorio Herrera registran la vulnerabilidad de quienes viven en situación de calle. Por otra parte, la represión estudiantil, la persecución por motivaciones políticas y la violación de los derechos humanos son aspectos que se detienen a explorar Sheyla Urdaneta y Valeria Pendicini en sus relatos.
Entre tanto, Alexander Olvera y Oriana Faoro tratan la delincuencia que se desata incontrolable en un país en el que reinan la impunidad y la injusticia. Y acaso haya una posibilidad de promover un cambio de esta situación para las futuras generaciones, como lo ilustra la historia de Eva Riera.
La lucha de algunos personajes para preservar la vida en el contexto de un sistema de salud pública cada vez más precario y en medio de una gran escasez de medicamentos es lo que cuentan, asimismo, Amador Medina, Jesymar Áñez Nava, Julett Pineda y Shaylim Valderrama. Y una pieza difícil de agrupar junto a las otras, que tiene como telón de fondo la convulsa situación del país en 2018, es la escrita por Becky Plaza: la historia de una muchacha que encuentra en la escritura el modo de escapar de la terrible realidad en que se le ha convertido el país.
Como se ve, la crisis que atraviesa Venezuela es el gran tema de estas historias; cada una mostrando las múltiples aristas de esa compleja realidad que nos ha tocado padecer. En todas ellas el lector encontrará la mirada de los narradores que penetran en la intimidad de esos personajes, para acompañarlos y conocerlos. Acaso, también, para intentar comprender su mundo y nuestro momento presente.
Esta es la lista de historias:
El exilio forzado de Los Perdomo, de Oriana Faoro
El largo camino a casa de Iván Simonovis, de Sheyla Urdaneta
El secreto de Tamara, de Becky Plaza
En la calle no se duerme, de Johanna Osorio Herrera
En Las Vegas no olvidan a “El Panita”, de Alexander Olvera
Esas sencillas y honestas palabras, de Jesymar Añez Nava
La corriente que se llevó a Yonjaiverson, de Francisco Zambrano
La tenaz batuta de Isandra Campos, de Eva Riera
La vida que espera al atravesar el inframundo, de Julett Pineda
Las siete palabras que Freedom nunca olvidará, de Andreina Itriago
Óscar Navarrete todavía sabe jugar para ganar, de Valeria Pedicini
Uno de los espíritus que hablan en Petare, de Shaylim Valderrama
Volvió el sarampión, Dios nos proteja, de Amador Medina
Wendy se esconde en las calles de Caracas, de Grisha Vera